5.2 El Super Mensaje Invisible
Mistófelis cayó parada, como suele pasar con los gatos. Llevaba el papelito que le había dado Lorenzo entre los dientes. En cuanto se acomodó los huesos, Mistófelis ese sacó el papelito de la boca y se fue a un rinconcito para leerlo tranquila. Pero… ¡Oh sorpresa! el papel sólo decía:
Mistófelis se quedó sorprendida, y no sabía qué hacer, así que hizo lo que todos los gatitos hacen cuando no entienden, empezó a oler el papel…y …tenía olor a…a…¡A limón! Bueno, la cosa es que de todos modos Mistófelis no se resignaba a no encontrar nada interesante en el papel, después de todo se lo había dado el mismísimo Lorenzo de Medici, así que se acercó a una vela y…ahí nomás se produjo el milagro. Como por arte de magia, las letras empezaron a aparecer en el papel y de pronto se leyó: