Chapter 3 Capítulo 3: “¡Hay que convencer a Aquiles!”
Así, después de viajar un rato, y de recolectar la información necesaria, Mistófelis llegó al famoso Monte Pelión. Ya sabía que tenía que encontrar al mejor amigo de Aquiles, Patroclo para que la llevara con él, pero ¿Quién sería Patroclo? Había muchos muchachos por ahí.
-¿Qué puedo hacer?… ¡Ya sé! Me voy a esconder detrás de estas rocas hasta ver al centauro Quirón. Ah ¡Qué miedo que me da ese centauro! Bueno, cuando le esté hablando a los chicos, voy a prestar atención a ver cuándo dice “Patroclo”.
Mistófelis se quedó escondida, sin hacer ni un ruidito por miedo a ser descubierta.
“El secreto de un buen arquero, es sostener el arco con, firmeza, así”, dijo Quirón, mientras sostenía en alto su enorme arco y disparaba una flecha que impactó justo en el medio de una manzana que estaba apoyada sobre la cabeza de un muchacho muy rubio y con ojos de enojado.
“Ahh”, suspiraron los chicos.
“Patroclo, traeme la flecha, y decile a Aquiles que lo felicito por haber sido tan valiente.”
“Ah, entonces ese rubio es Aquiles”, murmuró Mistófelis, y caminando muy agazapada lo siguió hasta la playa, donde los estudiantes se tiraban en la arena para descansar.
Aquiles era bastante musculoso. Tenía el pelo rubio y enrulado y unos ojos muy celestes, casi como el agua del Mediterráneo que baña las arenas del Monte Pelión. Sin embargo, se veía profundamente serio. Como si estuviera enojado con todos y por todo, y ¿Quién se anima a hablar con alguien que se ve tan, pero tan poco amigable?