1.1 La Ilíada de Homero
Ay es muy diícil, y encima a los gatitos no nos enseñan a leer, así que mejor veo si puedo dar vuelta la hoja…
Ni bien Mistófelis tocó la tapa, las hojas del libro tomaron vida y las letras comenzaron a moverse como locas, algunas saltaban en su lugar, otras se intercambiaban entre sí. Parecía como una danza extraña de pequeños insectos que se habían aprendido una coreografía ancestral y la estaban bailando delante de los ojazos amarillos de Mistófelis.
Como por arte de magia Mistófelis comenzó a entender lo que decía el libro como si alguien se lo estuviera contando despacito al oído.
-Esta es la historia de la cólera del Griego Aquiles…
De repente una voz como un trueno salió de las hojas amarillentas del libro.
-Mistófelis, ¿esás ahí?
La gatita pegó un salto hacia atrás y quedó paralizada del susto.
-Mistófelis, soy Zeus, el más poderoso de todos los dioses griegos, Mistófelis, al fin llegaste, te estábamos esperando.
-Pero, ¿Qué es esto? ¿Cómo sabías que yo era yo? ¿Y para qué me esperabas?
-Lo sabía porque los dioses sabemos todo, podemos ver el pasado, el presente y el futuro, pero no perdamos tiempo, necesitamos que nos ayudes porque estamos en medio de la guerra de Troya y nosotros los dioses no podemos hacerlo todo, ¡Mistófelis! ¡No hay tiempo!
-Bueno, pero ¿qué tengo que hacer?”
-Lo primero que debes hacer es probar tu valor, ya que nadie que no sea valiente podrá participar de la guerra más famosa de toda la historia, la guerra de Troya, por lo tanto, antes de dar vuelta la página, tendrás que resolver las cinco tareas que te ordeno.
Y diciendo esto lanzó un rayo poderoso y las tareas aparecieron como por arte de magia.