2.1 Parte 2




-¡Silencio, Mistófelis!- Rugió Zeus, -Necesito absoluta concentración, si no ¿Cómo podrás ayudarnos?

Así que nuestra amiga felina, bajó las orejas, porque los gatos no se pueden poner colorados y abrió los ojos lo más grandes que pudo para poder imaginarse lo que pasaba.


gata


-Bueno,- prosiguió Zeus, -cierto día, llegaron de visita a Grecia, los hermanos Paris y Héctor que eran los príncipes de un pueblo vecino llamado Troya. Los Troyanos eran valientes guerreros y por supuesto tenían unos músculos muy atractivos.

La cosa es que ni bien Elena vio a Paris… bueno… se enamoró perdidamente de él.

-Miau… -dijo Mistófelis despacito, por miedo a que Zeus se enojara con ella de nuevo.


gata


-Y sin que nadie se diera cuenta, se escondió en el barco de Paris. Cuando los barcos ya estaban en el medio del mar, Paris se llevó la sorpresa más grande de su vida. Descubrió que Elena estaba con ellos. Héctor quería regresar a Grecia para devolvérsela a su esposo Menelao, pero Elena y Paris dijeron que querían vivir para siempre juntos en Troya.

-AHHHHH, ¡Qué ternura!… No resisto las historias de amor.


gata


-¡Silencio! ¡Insensata! Ésto, fue una locura, Menelao se puso furioso y le pidió a su hermano, el rey Agamenón que le declarara la guerra a Troya y ya hace diez años que estamos metidos en esto y no podemos salir. ¡Oh, qué lío tan grande! Es por eso que necesitamos tu ayuda.

-Pero, yo soy sólo una gatita… ¿Qué puedo hacer?”

-Precisamente, por ser una gatita, nadie notará que estás aquí y podrás moverte con toda libertad.

-¿Y qué tengo que hacer?

Lo primero será encontrar al guerrero más valiente que jamás ha existido.

-¡Guau, digo miau! Y ¿cómo se llama?

-Se llama Aquiles, el de los pies veloces.- Dijo Zeus.


gata


-¿Y dónde lo encuentro?- Se preocupó Mistófelis.

-A continuación te daré una serie de pistas, si puedes resolverlas, entonces encontrarás a nuestro valeroso Aquiles, el de los pies veloces.