5.1 Parte 2



-¡Vamos por los tejados, Mistófelis! Seguime. ¡Uuuuuju! –maulló Olivier y pegó un super salto.- Hay que llegar al Sena, cruzar la Ile de la Cité. Por acá, por acá. Mistófelis tenía los ojos tan abiertos que parecían dos faroles amarillos. El Chateau La Grange estaba en las afueras de la ciudad donde todavía no había estallado la revolución. Alli, detrás de una ventana iluminada estaba el Marqués de Lafayette. ¡Claro era aquel muchacho que habían visto en la taberna de los Defarge! -Mirá cómo le llamo la atención.- Dijo Olivier mientras guiñaba un ojo. -Miauuuuuuuu, miauuuuuuu. -A ver, a ver, gatito… ¿Qué te pasa?- Dijo mientras abría la ventana y acariciaba a Olivier. -Estás sentenciado Lafayette…- Dijo Mistófelis con miedo. -Sí… ya lo sé… según parece tendré que sufrir por las injusticias que han muchos aristócratas…- dijo Lafayette y se le llenaron los ojos de lágrimas. -Marqués, tenemos que salvar a Papillon- Maulló Olivier. -¿Papillon?- Preguntó Lafayette. -Sí, el perrito de María Antonieta…- Se apuró a responder Mistófelis. -¿Dónde está? -Bueno, está con María Antonieta, en el palacio de Versalles. -¿Versalles?- Preguntaron Mistófelis y Olivier a coro. -Sí, el palacio más lujoso del mundo, pero está como a 20km de París… -Nada nos detendrá ¡Hay que salvarlo! Sin perder ni un minuto, Lafayette salió de su lujosa habitación y corrió hasta la caballeriza. Tomó sus dos caballos más veloces, les dio un palmadita en el lomo y los ató a un carruaje de madera lustrosa. -¡Arriba gatos!- Exclamó el Marqués, tenemos que apurarnos, tal vez empiecen a cortar los caminos y yo tengo que salvar a la familia real. -¡Vamos Oli! –Dijo Mistófelis que ya se había instalado en el asiento más lindo que hubiera visto jamás.


carruaje


Olivier no se hizo rogar y en menos que canta un gallo, relincha un caballo o maúlla un gato el carruaje estaba saltando y bamboleándose de un lado a otro rumbo a Versalles.